La discusión en torno a la reforma provisional en Chile ha escalado a un punto crítico. No es casualidad que, de acuerdo con la encuesta Pulso Ciudadano, un 74,5% de la población considera urgente reformar el modelo de pensiones y un 55,9% esté de acuerdo en reemplazar las AFP por un esquema más justo. Este alto consenso ciudadano refleja el descontento con un sistema que, a todas luces, ha fracasado en su propósito de asegurar pensiones dignas.
Los testimonios de los adultos mayores que sobrevivieron con sumas de dinero irrisorias conmueven e indignan por partes iguales. Mientras las jubilaciones no cubren gastos básicos de alimentación o salud, los controladores de las AFP continúan generando millones de utilidades. Esta brecha entre la realidad de quienes han trabajado toda una vida y las ganancias abultadas de un grupo económico es, sencillamente, insostenible.
En este contexto, el gobierno, liderado por la ministra Jeannette Jara, ha impulsado una reforma que pretende realizar un cambio estructural. Sin embargo, cada intento se ha enfrentado a la muralla de un Congreso que, en sectores de la derecha, se resiste a modificar un modelo que históricamente ha beneficiado a unos pocos. Las justificaciones, amparadas en la “libertad de elección” o en la “solvencia del sistema”, parecen ignorar la urgencia real de asegurar condiciones de vida dignas a quienes han contribuido toda su vida al desarrollo del país.
La ciudadanía no solo clama por cambiar el modelo, sino que exige una transformación profunda. Las expectativas de la población son claras: ya no bastan meros retoques cosméticos que perpetúen la injusticia. Se requiere un nuevo pacto social en torno a las pensiones, uno que reconozca el trabajo y la dignidad de las personas por sobre las utilidades de las empresas.
Es hora de que prime la voluntad política de poner fin a un modelo que ha dejado en el abandono a miles de pensionados y pensionadas. Resulta esencial construir una reforma que subsane las graves falencias de las AFP, que reconozca el rol de los trabajadores y que asegure pensiones dignas y justas. Chile se merece y demanda un cambio que no se limite a parches temporales, sino que siente las bases de un sistema previsional sostenible, participativo y solidario.
Hoy,
María Candelaria Acevedo
Diputada -Distrito 20.